Hôtel de Crillon: el hotel más lujoso de París

Las suites del Hôtel de Crillon reúnen todo el lujo y la elegancia que podríamos imaginar. Ubicado en el corazón de París, es un tesoro histórico que ha cautivado a sus visitantes por más de un siglo.

“Que la belleza nunca deje de sorprenderte”, me dijo una maestra de arte hace tiempo, y desde entonces hago largas pausas en cada lugar que visito en París, para permitir que me dejen sin aliento. La Ciudad Luz está llena de monumentos, todos bellísimos y con un caudal de historia detrás. La prestigiosa cadena de hoteles Rosewood acertó una vez más al abrir un exclusivo espacio en esta ciudad, dentro de un palacio, que hoy es el Hôtel de Crillon.

Mucho más que un lugar de alojamiento, EL Hôtel de Crillon es un destino en sí mismo, donde los huéspedes se sienten transportados a un mundo de lujo, comodidad y servicio excepcional. Desde sus exclusivas habitaciones hasta sus restaurantes de clase mundial y servicios personalizados, le ofrece una experiencia inolvidable. Y el ejemplo perfecto está en sus 124 habitaciones, entre las que destacan sus suites, con un estilo residencial parisino, cálido y refinado.

Entre ellas resaltan los Grands Appartements, diseñados por Karl Lagerfeld, además de la Suite Bernstein y la Duc de Crillon Suite Signature. Cada una es un sueño hecho realidad, decoradas con una combinación única de muebles hechos a medida, antigüedades y objetos de arte cuidadosamente seleccionados, que subrayan una atención excepcional al detalle.

REINVENCIÓN DEL LUJO

• Cada habitación en el Hôtel de Crillón tiene asignado su propio mayordomo, que se encarga de atender la llegada y estancia de cada huésped.
• El desayuno se sirve en el Jardin d’Hivern el cual, por la tarde, se convierte en un paraíso donde disfrutar la Hora del Té. Por la noche no hay mejor lugar para disfrutar que Les Ambassadeurs con cocteles únicos. Este año decidieron expandir su mundo gourmet con la apertura de la cafetería Butterfky, el restaurante Nonos y el delicatesen Comestibles by Paul Pariet.

• El Hotel Crillon, es uno de los hoteles más prestigiosos y reconocidos del mundo. A lo largo de su historia, ha recibido a numerosas personalidades que se han hospedado aquí como: la Princesa Diana de Gales, Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt, Barack Obama, Madonna, Michael Jackson, Rihanna, Brad Pitt y Angelina Jolie, Tom Cruise, Beyoncé y Jay-Z. En sus salones se han llevado a cabo importantes desfiles de moda, en específico de la maison Chanel.
• Restaurante con estrella Michelin: El hotel alberga uno de los restaurantes más famosos de París, “L’Ecrin”, que cuenta con una estrella Michelin. Ofrece una experiencia gastronómica refinada y creativa a cargo de reconocidos chefs.

• Ha sido escenario para varias películas y producciones audiovisuales. Por ejemplo, aparece en la película “El Código Da Vinci” basada en el libro de Dan Brown.
• El hotel cerró sus puertas en 2013 para una renovación completa y reabrió en 2017. La restauración mantuvo el encanto histórico del edificio integrando modernas estructuras y amenidades.Desde su apertura en 1909, es uno de los destinos más prestigiados y lujosos del mundo. Su historia comienza en 1754, cuando el rey Luis XV llamó al arquitecto Ange-Jacques Gabriel para construir la Place de la Concorde y dos palacios, uno de los cuales alberga el hotel. Ahí tuvieron lugar momentos históricos de la monarquía francesa, como la boda de María Antonieta de Austria, reina consorte de Francia. La propiedad pasó, tiempo después, a manos de la familia Crillon.

UNA NOCHE DE REYES 

Mediante una extensa renovación, que duró de 2013 a 2017, se buscó preservar y ensalzar el encanto histórico del hotel, remozando sus instalaciones. Entre sus diez suites destaca la Suite Duc de Crillon, que lleva el nombre del emblemático dueño del hotel. Decorada y amueblada por la arquitecta Aline Asmar d’Amman, preserva el espíritu de la antigua capilla del hotel. Para el proyecto se inspiró en la herencia de la suite y utilizó una combinación de elementos clásicos y contemporáneos, en un ambiente atemporal y exquisito.

La arquitecta trabajó en colaboración con expertos artesanos y proveedores de alta calidad para crear piezas personalizadas y detalles únicos. Además, se centró en la selección de materiales de lujo, texturas y colores delicados. Algunas de las carpinterías de la antigua capilla del Hôtel de Crillon fueron donadas al Museo Metropolitano de Arte en Nueva York, donde actualmente se exhiben.

Vale la pena mencionar la Suite Louis XV, una de las más exclusivas y lujosas, bautizada en honor al rey del mismo nombre. ¡Imagínate alojarte y dormir en el lugar donde hace un siglo se celebraron reuniones para redactar el tratado que establecería la Liga de las Naciones! El diseño interior de este espacio es impresionante, decorado con elementos clásicos y detalles suntuosos.

Cuenta con un dormitorio principal, un amplio salón, un comedor privado y un lujoso baño, 0todos ellos cuidadosamente diseñados para brindar comodidad y privacidad a los huéspedes, ofreciendo una experiencia de lujo inigualable.

Otra suite con gran historia es la Suite Bernstein, nombrada así por el famoso compositor y director de orquesta Leonard Bernstein, quien hace setenta años era un gran cliente, y dejó una impronta imborrable en el hotel. En 2013, cuando se subastaron los muebles antiguos del establecimiento, antes del inicio de las reformas, un admirador de Bernstein compró la cama de la suite por nueve mil euros.

Este rincón del hotel combina el estilo clásico con detalles contemporáneos. Cuenta con un amplio espacio, una sala de estar independiente y una terraza de doscientos metros cuadrados, con magníficas vistas a la Place de la Concorde.

Por último, Les Grands Appartements son dos suites en las que Karl Lagerfeld dejó su huella creativa. Trabajó en colaboración con la arquitecta Asmar, quien fue la directora artística del proyecto. Probablemente sean las suites más exclusivas del mundo en un palacio. Karl tenía dos amores: el cielo del barrio parisino y la Torre Eiffel, así que ambos están plasmados en las suites.

Por Alexis Mustri Guindi, corresponsal en París