El mundo enfrenta desafíos ambientales inéditos, que comprometen la supervivencia de los ecosistemas y los recursos naturales que estos nos ofrecen. Uno de los más graves es la desaparición masiva de superficies forestales, causada por la tala indiscriminada, los incendios, la expansión agrícola y ganadera, y la conversión de tierras en zonas urbanas. Solo en la última década, los incendios forestales han devastado más de 7’642,750 de hectáreas en México, causando daños irreparables en la biodiversidad y en la estabilidad ecológica del país.
En 2019, Fundación Chedraui, como parte de su compromiso con la responsabilidad social y ambiental, promovió un revolucionario proyecto de restauración forestal basado en la tecnología de drones.
En el marco de esta iniciativa se aplicaron las primeras acciones de reforestación con drones en México, impulsadas por Fundación Chedraui. Este avance fue posible gracias a un modelo de restauración forestal, cuyas principales características incluyen el uso de drones para captar imágenes aéreas que identifican con precisión las áreas deforestadas, permitiendo cuantificar su extensión; la dispersión de semillas autóctonas en los ecosistemas afectados, logrando una reforestación de alta precisión; la colaboración con comunidades locales y autoridades para seleccionar y recolectar las semillas más adecuadas para cada entorno, y evaluaciones periódicas utilizando drones equipados con cámaras multiespectrales, combinadas con visitas de verificación en el campo, para monitorear el restablecimiento de la cobertura vegetal y medir el número de nuevas plantas que surgen en las zonas intervenidas.
El análisis del modelo de reforestación con drones ha revelado ventajas sustanciales, y ha demostrado que es una solución innovadora, natural y de bajo costo para la restauración de bosques. Esta metodología integra un conocimiento profundo de la ecología forestal con herramientas tecnológicas avanzadas, facilitando la regeneración natural a través de la dispersión precisa de semillas silvestres nativas. A diferencia de los métodos convencionales, que dependen de plantas de vivero, esta estrategia puede aplicarse en terrenos escarpados o inaccesibles sin poner en riesgo a los participantes. Su capacidad para cubrir grandes extensiones es impresionante: un solo dron puede reforestar hasta 50 hectáreas en un día, una labor que, con métodos tradicionales, requeriría 500 trabajadores. Además, ofrece una respuesta inmediata en áreas devastadas por incendios, sin depender de la producción de plantas. La precisión del proceso es otro punto clave, porque permite mapear cada zona y asegurar la dispersión óptima de las semillas en los lugares más adecuados, maximizando la eficiencia y el impacto ecológico de la acción.
La implantación del modelo de reforestación con drones sigue un proceso riguroso, con varias etapas clave. En primer lugar, especialistas en restauración ecológica identifican las áreas deforestadas más adecuadas para aplicar el método. Posteriormente, se establecen acuerdos con autoridades y comunidades locales para coordinar los esfuerzos de reforestación en cada sitio.Las semillas de especies nativas, seleccionadas por su capacidad para regenerar los ecosistemas, se recolectan y preparan para su dispersión aérea. Los drones se encargan de distribuir estas semillas sobre las zonas afectadas, donde permanecen hasta que las condiciones ambientales sean propicias para su germinación. La eficacia del método se evalúa mediante inspecciones en el campo, complementadas por imágenes multiespectrales captadas por drones, lo que permite monitorear el progreso y el éxito del proceso de recuperación forestal.
La Fundación ha llevado a cabo diversos proyectos, alcanzando 400 hectáreas recuperadas a través de la dispersión de semillas en regiones estratégicas. Entre los sitios intervenidos se encuentran Santa Ana Zegache, Oaxaca, con 40 hectáreas reforestadas; la Reserva Estatal San Juan del Monte, en Veracruz, con 69.5 hectáreas; los Bienes Comunales de Santa María Mazatla, en el Estado de México, donde se restauraron 85 hectáreas, y el Ejido Villa de Perote junto con localidades cercanas, también en Veracruz, donde se intervinieron 205.5 hectáreas. Estas iniciativas han contribuido a la recuperación de los ecosistemas locales. El impacto positivo de estas acciones resalta el compromiso de Grupo Chedraui con la conservación y la restauración ambiental.