Hablar con Rémi Maillat, fundador de Krayon, es adentrarse en el corazón mismo de la ingeniería relojera. Mientras sostiene entre las manos el modelo Anywhere, explica con precisión quirúrgica cada detalle: es un reloj de cuerda manual, con fecha y mes visibles en una discreta subesfera. La aguja larga marca la fecha, el mes aparece en pequeño, y en el anillo exterior se representan las 24 horas junto con la hora exacta del amanecer y el atardecer, variables día a día según la estación. Su funcionamiento, dice, permite leer en la carátula la danza de la luz y la sombra: “El sol sigue un ciclo de 24 horas; nuestro mecanismo traduce ese movimiento en una lectura precisa y comprensible.”
Cuando se le pregunta por la complejidad interna, la respuesta impresiona: el movimiento fue desarrollado completamente en su manufactura y está compuesto por 432 componentes. En su interior, un ingenioso sistema de cálculo permite calibrar latitud, longitud y zona horaria, de modo que cada reloj puede ajustarse a un punto específico del planeta. Sin embargo, aclara con naturalidad que esa calibración debe realizarse en su taller antes de la entrega: “El cliente puede elegir el lugar; nosotros nos encargamos de configurarlo.”
La conversación se desplaza hacia los orígenes. Formado en microtecnología e hijo de un ingeniero, Maillat confiesa que su fascinación por los mecanismos nació mucho antes que la marca. Tras seis años en el equipo de desarrollo de movimientos otra firma relojera, decidió independizarse en 2013, creando primero una empresa de consultoría técnica antes de fundar Krayon. En 2017, presentó su primer reloj, Everywhere, capaz de mostrar las horas de salida y puesta del sol en cualquier lugar del mundo. La innovación fue reconocida con el Premio de Innovación del GPHG 2018.
Su modelo favorito, sin embargo, es el Anywhere, con el que perfeccionó aspectos esenciales de la experiencia relojera: ergonomía, legibilidad y conexión emocional con el mecanismo. “Un reloj debe combinar ambos mundos: un movimiento útil y fácil de leer, con una estética equilibrada y cómoda para usar a diario.” En 2022, el Anywhere en oro blanco obtuvo el premio GPHG en la categoría de Calendario y Astronomía, confirmando el equilibrio entre precisión técnica y armonía estética que distingue a Krayon.

Krayon produce apenas 46 piezas al año, elaboradas por un equipo de 12 personas. En su taller, cada relojero ensambla su pieza completa de principio a fin, un proceso que incluye decoración, pulido y ajuste fino. Cada reloj se deja funcionar dos semanas antes de su calibración final, garantizando una precisión excepcional. No hay personalización a la carta, aunque la firma realiza ediciones limitadas o piezas únicas, como la creada para Only Watch 2023, adquirida por Jean Arnault por 440 000 francos suizos.
Finalmente, al hablar de sostenibilidad, Maillat subraya la importancia de mantener viva la artesanía manual y de utilizar oro y piedras preciosas de origen responsable, certificados por el Responsible Jewellery Council. Una filosofía coherente con su visión: la de una relojería que no solo mide el tiempo, sino que lo respeta.







