Los superyates siempre han sido ejemplos de innovación tecnológica, y ahora dan un paso adelante: ya no solo alojan submarinos personales, sino que el propio yate se convierte en un submarino.
Migaloo es un proyecto fundado por Christian Gumpold y Christopher Gloning. Tuvieron su primera incursión en la industria de los yates en su antiguo estudio de diseño, Motion Code: Blue. Pronto surgió la idea de crear algo completamente nuevo y disruptivo: un híbrido entre un superyate y un submarino.
Al trabajar con astilleros y propietarios de yates, Gumpold y Gloning percibieron la creciente demanda por diseños innovadores. Los nuevos dueños de superyates querían dejar atrás los esquemas convencionales y estaban dispuestos a arriesgarse al diseñar su futura embarcación.
A finales de 2013, Gumpold y Gloning desarrollaron un primer diseño conceptual de un superyate sumergible, basado en las dimensiones y características de submarinos estadounidenses contemporáneos. La recepción de sus propuestas fue entusiasta, y estos conceptos marcaron el inicio de la plataforma perfecta para crear Migaloo.
El nombre de la empresa proviene de los mismos mares. Migaloo es el nombre de una ballena jorobada albina que se ve a menudo en aguas australianas. Estos superyates sumergibles honran su nombre al estar pintados completamente de blanco brillante, como la ballena albina, para distinguirse de los submarinos convencionales.
NUEVAS NECESIDADES
Hasta ahora han trabajado en la preingeniería del modelo M5, de 156 metros. También trabajaron en el proyecto Calmar, un superyate de 150 metros, punto de referencia en el diseño y la innovación en la industria de navíos de ultralujo.
Las necesidades de los propietarios de superyates sobre sus embarcaciones son más complejas que nunca. Hoy no solo se preocupan por el rendimiento, la longitud o el diseño: los propietarios buscan más privacidad, seguridad y protección para ellos, sus invitados y sus objetos de valor. También desean detalles innovadores, exclusivos, que lleguen al límite de lo posible.
Debido a las nuevas exigencias de los conocedores de superyates, los diseños convencionales son cosa del pasado. Los superyates sumergibles de Migaloo representan un concepto de negocio disruptivo porque, al combinar las ventajas de los submarinos y los superyates, ofrecen mayor rendimiento y satisfacen las demandas de los propietarios, siempre en evolución.
MIGALOO M5
Como salido de una película de James Bond, el Migaloo M5 es un superyate sumergible privado, de lujo, de 165 metros. Hay variantes, como el Migaloo M5 Cruise, de 175 metros, y el Migaloo M7, de 238.
Imagine poder cenar bajo el agua, o descansar rodeado del azul profundo del mar con cientos de peces en las ventanas. O nadar en su piscina cuando esté en la superficie. Este superyate submarino de ensueño incluye helipuerto, garage, sala de cine, gym, spa, cava, sala de juegos, biblioteca y varios bares con vistas a las profundidades.
Claro, cada dueño tendrá sus especificaciones, pero este es un ejemplo perfecto de la capacidad de esta embarcación. Para la empresa austriaca, el cielo —o en este caso el fondo del mar— es el límite.
TRES PISOS DE PURO LUJO
Por ejemplo, una configuración incluye un departamento de casi mil metros cuadrados, en tres pisos conectados por un elevador y con balcón exterior, además de seis camarotes VIP para invitados.
El diseño del casco de la embarcación cumple los estándares de la Marina de los Estados Unidos, con múltiples generadores de MTU y baterías de litio. Una variación del sumergible podría albergar a dos propietarios, más 12 invitados y una tripulación de 19 personas gracias a su espacioso diseño.
Otra ventaja de viajar en este sumergible es que podrá decir adiós al mareo y a sentirse mal sobre una embarcación, pues al viajar bajo la superficie del agua, el movimiento del navío sigue las corrientes, no las olas de la superficie.
El Migaloo M5 puede permanecer sumergido durante varias semanas a una profundidad de 300 metros, y viajar a una velocidad de 12 nudos. En la superficie alcanza los 20 nudos.
Este superyate sumergible es el futuro de la industria náutica de lujo, por su innovación y espíritu aventurero. El impresionante sumergible tiene un valor inicial de cien millones de dólares.
TRES FASES ANTES DE LA ENTREGA
Los paquetes de servicio de Migaloo cubren el diseño, la supervisión de la construcción y la representación de clientes antes, durante y después de su producción. Este proceso consiste en tres fases. En la primera se diseña el concepto y se incluyen las especificaciones del dueño hasta el diseño final, pero la construcción ya se está realizando. En la segunda etapa se ejecuta el concepto bajo la supervisión de Migaloo. Finalmente, en la tercera etapa, la embarcación se entrega al propietario para su operación. Durante esta fase, Migaloo brinda soporte y servicios de operación.
La firma no solo ofrece exclusivos superyates sumergibles: también produce islas flotantes y otros navíos innovadores. Su visión es inspirar a los dueños de este tipo de embarcaciones de ultralujo a crear un navío único, exclusivo, personalizado y de ultralujo.
Por Mariana S. Gaona