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Mano de piedra

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Una marca mexicana que combina lo que podría parecer imposible: tradición con innovación. Hay tres socios involucrados: Israel el encargado de la “magia” y la producción de ésta, Francisco Pérez y Ana Del Rayo que son los diseñadores, creadores del concepto y en- cargados de la operación de la “magia”. Ellos junto con un equipo de trabajo le dan vida a Mano de Piedra; ideas, iconos y diseños vanguardistas elaborados artesanalmente en las piedras con mayor tradición en México, con un valor adicional: la energía que poseen las piedras le dan una mística especial a las piezas que elaboran estos alquimistas pétreos.

Para Ana, este proyecto nace del amor, el encuentro entre los socios fue una coincidencia llena de serendipia, Israel -experto en el tallado de piedra – quería hacer otro tipo de diseños más allá de las máscaras típicas de las culturas prehispánicas y ellos querían innovar en el diseño e interiorismo, crear piezas únicas hechas en materiales naturales: obsidiana, cuarzo, fluorita, entre otras piedras ya que su brillo, textura, significado y energía las hace muy particulares.

Los socios quieren que el proyecto trascienda más allá de la comercialización de piezas para convertirse también en un programa social que dignifique el trabajo de artesanos mexicanos y cree una comunidad productiva de comercio justo. Por ello, los socios de la firma trabajan en crear fondos para las familias de los artesanos, para programas de salud, educación y bienestar. Detrás de las piezas de Mano de Piedra hay comunidades de artesanos que mejoran su calidad de vida a través de ellas. Nuevamente están empezando a producir de forma más regular ya que la pandemia detuvo, como en muchos otros casos, la producción.

Proceso de producción

Los artesanos de Mano de Piedra van a la localidad de Magdalena, en Jalisco, donde hacen la exploración, entre bosques, llanos, y horas de viaje por terracería, para buscar la obsidiana (y otras piedras), extraerla, cargarla y llevarla a sus talleres. Otras piedras y cuarzos son traídos de otras partes del mundo; como el cuarzo de Brasil, la aventurina de la India o el jaspe de Madagascar. Ellos mismos han construido sus herramientas para trabajar las piedras (ya que no hay herramienta específica para hacer este tipo de trabajo) el proceso incluye; cortar, forjar, labrar, dar forma, “emparejar”, lijar y finalmente, el paso final que es pulir es decir, siete pasos y siete personas involucradas en el proceso de elaboración. Una pieza de 30 centímetros toma aproximadamente 15 días en su creación (más la semana que implica la extracción). En piezas de gran tamaño y que incluyen incrustaciones una sola se puede tomar hasta cinco meses para su elaboración. Esto explica la complejidad y el valor de estas piezas únicas en el mercado y que dado el material natural con el que están hechas las hacen auténticas joyas de edición limitada.

Mano de Piedra se distribuye en hoteles de lujo como Four Seasons (CDMX y Punta Mita) y otros canales exclusivos. Actualmente Francisco y Ana también apuestan a que sus piezas no solo estén en vitrinas de casas particulares, sino que también formen parte de la decoración de corporativos, edificios, desarrollos inmobiliarios, residenciales, oficinas y despachos, yates y centros de ocio. Francisco comenta: “una pieza de Mano de Piedra aporta originalidad, agrega personalidad, energía y limpieza energética de un entorno. Para Ana un buen motivo para que arquitectos, interioristas y desarrolladores consideren incluir piezas como éstas en sus espacios es que “la industria del lujo está muy corrompida ya que todo lo que fabrican está hecho en serie, no hay casi nada exclusivo y encontrar piezas originales y únicas es algo ultra-lujoso y le aporta un valor de exclusividad a cualquier ambiente”.

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